Las crisis en cascada que vivimos hoy impactan la alimentación, la salud, la educación, el medio
ambiente, la paz y la seguridad y alejan al mundo de la consecución de la Agenda 2030, el plan que
busca sociedades más resilientes, justas, pacíficas e igualitarias para todos
Según los datos de la ONU, la pandemia ha causado estragos en los Objetivos y sus efectos aún
están lejos de terminar. El “exceso de muertes” a nivel mundial atribuible directa e indirectamente
al COVID-19 sumaba 15 millones a fines de 2021.
Esto significa un retroceso de más de cuatro años en el alivio de la pobreza que había sumido a
93 millones de personas más en la pobreza extrema en 2020. Además, unos 147 millones de niños
perdieron más de sus clases presenciales en últimos dos años.
La pandemia también interrumpió gravemente los servicios de salud esenciales, lo que descarriló
el progreso en materia sanitaria.
Al borde de la catástrofe climática
Por otro lado, el mundo está al borde de una catástrofe climática que ya golpea a miles de
millones de personas.
Las emisiones de CO2 relacionadas con la energía para 2021 aumentaron un 6%, alcanzando su
nivel más alto hasta la fecha y eliminando por completo las disminuciones relacionadas con la
pandemia.
Para evitar los peores efectos del cambio climático, como se establece en el Acuerdo de París, las
emisiones globales de gases de efecto invernadero deberán alcanzar su punto máximo antes de
2025 y luego disminuir en un 43% para 2030, cayendo a cero neto para 2050. Sin embargo,
esas emisiones crecerán casi un 14% en la próxima década.
Guerras, desplazamientos e inflación
Entre los conflictos que asolan a múltiples países, la guerra en Ucrania está creando una de las
mayores crisis de refugiados de los tiempos modernos. Hasta mayo pasado, más de cien millones
de personas se habían desplazado en el mundo.
Asimismo, esa conflagración ha disparado los precios de los alimentos, los combustibles y los
fertilizantes, perturbando aún más las cadenas de suministro, el comercio mundial y los mercados
financieros.
También amenaza la seguridad alimentaria mundial y los flujos de asistencia.
Grupos vulnerables, los más afectados
Los países y grupos de población más vulnerables del mundo sufren de manera
desproporcionada todas estas afectaciones, con las mujeres a la cabeza de las pérdidas de empleo
y un mayor trabajo de cuidados en el hogar, además de encarar una violencia doméstica
exacerbada por los confinamientos de la pandemia.
Los jóvenes continúan siendo los más perjudicados por el desempleo, y el trabajo y el matrimonio
infantiles van en aumento.
Los países menos adelantados luchan contra un crecimiento económico débil, una inflación
creciente, grandes interrupciones en la cadena de suministro, incertidumbres políticas y una
deuda insostenible.
FUENTE: ONU