Hay algunas versiones de leyendas del Chajá que difieren en detalles pero coinciden en lo principal: dicen que se trata de una promesa de amor para toda la vida, que dos amantes a quienes les prohibieron su amor defendieron hasta la muerte la posibilidad de seguir enamorados y luego reencarnaron en estos animales para seguir juntos toda la vida.
La leyenda incluso dice que cuando uno de los dos muere, el otro muere al poco tiempo de tristeza.
El chajá es una de las especies que elige pareja para toda la vida, por lo cual hay una parte de esa leyenda que coincide con lo que vemos en las lagunas, ríos, caminos rurales, rastrojos. Siempre andan en yunta. La misma yunta siempre.
Hay club de fans de Chajá, por su leyenda, por su presencia, por su grito. A la mayoría de las aves les dan el nombre común por algún detalle físico o costumbre: por ejemplo a la Garcita bueyera le llaman así porque le come los parásitos a bueyes, vacas, toros. El tachurí sietecolores lleva ese nombre porque en su cuerpo tiene el rojo, el azul, el marrón, el blanco, el negro, el verde y el amarillo.
Al chajá le dieron ese nombre por su canto típico, usa su poderoso canto identificatorio para alertar la presencia de posibles depredadores.
Foto: Claudio Spiga